Centaurus: la nueva variante COVID
Centaurus es la nueva variante de Covid. Aunque aún no se sabe mucho sobre esta nueva cepa, los expertos ya se tornan preocupados.
Todavía es pronto para conocer los nuevos síntomas y el grado de gravedad de Centaurus. Por ahora los expertos coinciden que no es mucho más peligrosa que las anteriores. Según un comunicado del Ministerio de Salud de Nueva Zelanda, donde ya se ha detectado esta variante, la evidencia sobre su transmisibilidad y evasión inmune es aún preliminar y emergente. Aún así, los expertos en salud han expresado su preocupación.
El doctor Shay Fleishon, del Laboratorio Central de Virología del Centro Médico Sheba en Israel, dijo que la subvariante puede ser “alarmante porque puede implicar una tendencia por venir”. En los últimos meses ha habido una tendencia de variantes de segunda generación basadas en los sublinajes BA.1, BA.2, BA.3, BA.4 y BA.5 de ómicron.
Se han encontrado muy pocos casos de estas variantes dentro de una región, pero BA.2.75 se ha extendido en múltiples de ellas. Según los expertos, la variante BA.2.75 tiene nuevas mutaciones en la proteína espiga. De estas mutaciones, G446S y R493Q son de particular preocupación, ya que le dan a la variante la capacidad de evadir varios anticuerpos. Esto quiere decir que es capaz de infectar a personas ya vacunadas o que han sido infectadas previamente. Además, la mutación R493Q aumenta la capacidad de la cepa para unirse a ACE2, la proteína que el virus COVID-19 usa para ingresar a las células.
El virólogo Tom Peacock, del Imperial College de Londres, dijo que lo más preocupante es que la nueva súper variante posee 45 mutaciones con BA.5 y 15 que son exclusivas. Entre ellas, se destacan 8 mutaciones en la proteína Spike, que facilita la entrada del virus en las células humanas. En particular hay cinco mutaciones en el dominio N-terminal, “que son preciosos objetivos para la neutralización de los anticuerpos”.
Lipi Thukral, un importante científico indio especializado en genomas, dijo que otras mutaciones respecto a ómicron 5 están presentes en la superficie externa del nuevo coronavirus. Dos de ellas están estrechamente asociadas a cambios significativos en la estructura proteica de la proteína Spike. Este dato demuestra que Ómicron BA. 2.75 infecta a personas ya vacunadas o que sufrieron la enfermedad y se curaron.