Adiós al Radar COVID
El Radar COVID desaparecerá en noviembre después de infringir reiteradamente la ley con respecto a la protección de datos.
El Radar COVID apareció en España para convertirse en la herramienta diferencial para hacer frente al coronavirus. Lo que parecía una APP con futuro, se ha convertido en un fracaso estrepitoso.
Esta aplicación, creada por Indra a cargo del Gobierno, surgió para controlar los positivos en coronavirus y así poder frenar la pandemia. Pero todas las esperanzas puestas en ella han desaparecido como lo hará la APP a partir de noviembre. Esto significa que dejará de recibir mejoras, por lo que poco a poco irá perdiendo funcionalidad.
Según fuentes de la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial (Sedia), institución encargada de la aplicación, el Radar COVID dejará de recibir soporte a partir del mes de noviembre. Consideran que la aplicación nunca terminó de despegar y que apenas ha sido utilizada por la población. Por ese motivo, “no hay planes de prorrogar el acuerdo”.
Y es que el despilfarro en esta aplicación ha sido sublime. Se han destinado algo más de 4,2 millones de euros para tenerla en funcionamiento (desarrollo, mantenimiento y publicidad). La APP nunca llegó a ser rentable. Aunque al principio parecía una idea magnífica, en el momento en el que invirtió en la búsqueda de vacunas y fármacos, se redujo su valor.
Infracciones reiteradas
Ahora que se conoce el futuro del Radar COVID, la Agencia Española de Protección de Datos ha informado de una resolución en la que se notifica que la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial vulneró ocho artículos del Reglamento General de Protección de Datos. Por eso han recibido un apercibimiento, al no ser posible la multa económica por tratarse de un organismo del Estado.
Esta resolución se ha producido después de que varias personas denunciaran la falta de transparencia por parte de la Administración central en lo que se refiere al tratamiento de la información de los usuarios y el funcionamiento de la propia app.
Aspectos que se vulneraron
- Retraso de la administración para compartir el análisis de impacto de la plataforma. Una labor que debería haberse llevado a cabo antes del desarrollo de la APP, pero que no se compartió hasta septiembre. En ese momento la aplicación ya estaba funcionando en varias comunidades de España.
- En ningún instante contaron con la intervención de un delegado de protección de datos. “La existencia de una primera evaluación de impacto en agosto de 2020 demuestra también una falta flagrante de privacidad desde el diseño”, recoge el expediente sancionador.
- Cierta vulnerabilidad en la plataforma que podía poner en peligro información de los ciudadanos. Permitía vincular una dirección IP con la subida de un test positivo, un error que conocían desde abril de 2020.
Aunque puedan considerarse lógicos los errores cometidos al principio, esos fallos no se solucionaron con el tiempo. La Agencia Española de Protección de Datos detalla que “aún siendo conscientes del riesgo, no integraron las garantías precisas para garantizar la confidencialidad de los datos”.